lunes, 20 de febrero de 2012

ANTE LA REFORMA LABORAL 2ª parte

Sexto, seguimos con el mismo modelo de Estado ruinoso. Tenemos comunidades autónomas ultra-endeudadas que no pagan a proveedores (pymes en su mayoría) por lo que éstas se ven obligadas a  cerrar. A lo que habría que añadir la fragmentación del mercado interno español en diecisiete “mercaditos”, lo que dificulta la actividad de las empresas.

                   

Sin la inmigración masiva no se hubiera hecho esta reforma
Séptimo, seguimos con el mismo modelo económico basado en una economía tercermundista: sector servicios con bajos salarios y endeudamiento creciente. Hace treinta años, cuando se decidió (mejor dicho, se nos impuso) desguazar nuestra industria y nuestra agricultura, se nos dijo que el turismo cogería el relevo. Cuando se vio que el turismo no era suficiente se apostó por la construcción, por lo que los precios de los pisos empezaron a subir. Al ser un bien básico, mucha gente se tuvo que endeudar para adquirir una vivienda. Al abandonar de manera gradual la economía productiva a favor de la especulativa, las rentas del trabajo (es decir, el dinero que tienen en el bolsillo las clases medias y trabajadoras) disminuyeron y por lo tanto su capacidad de compra, lo que también contribuyó a que se endeudaran más.

En cambio, las rentas del capital aumentaron, pero parte de ese capital se dedicó a actividades especulativa financieras, en vez de dedicarlo a crear empresas productivas, ya que en las actividades especulativas financieras la posibilidad de hacer grandes beneficios y a más corto plazo es mayor, pero también lo son los riesgos. Aunque también es cierto que los riesgos siempre son menores si en caso de problemas sabes que el gobierno saldrá a rescatarte (con el dinero de los demás, por supuesto) Este trasvase de la economía productiva a la especulativa se ha visto aumentado con la bajada de los impuestos a los ultra-ricos (mientras se les sube al resto de la población) y la vista gorda que todas las administraciones han hecho al inmenso fraude fiscal que cometen estos ultra-ricos. Por desgracia, las primeras medidas del PP, tanto a nivel nacional, como regional y municipal van dirigidas a perpetuar este mismo modelo económico tercermundista, por lo que España seguirá expulsando trabajadores cualificados y atrayendo a inmigrantes de baja cualificación. De ahí la necesidad de reducir salarios para ser más “competitivos” en el mercado global, aunque ya se ha dicho muchas veces que, por mucho que se bajen, nunca vamos a poder competir con chinos y marroquíes por esa vía, así que tan importante como una reforma laboral es una reforma empresarial que nos lleve a otro modelo productivo a medio plazo.

Octavo, la flexibilidad puede ser buena para crear empleo, pero si se lleva a un límite excesivo lleva a los trabajadores a una inseguridad laboral tal que consumirán lo mínimo por miedo a ser despedidos en cualquier momento. Además, será más fácil que jóvenes parejas se vean obligadas a trabajar en ciudades distintas y que no tengan dinero para acceder a una vivienda. Toda esta precariedad hará que los jóvenes retrasen al máximo la edad para tener hijos (los que puedan tenerlos) por lo que nuestra tasa de natalidad seguirá por los suelos, lo que hará que la importación masiva de inmigrantes continúe.

Noveno, el impacto de la inmigración masiva en nuestro mercado laboral. Esta reforma laboral no habría sido aprobada nunca si en España no hubiera siete millones de inmigrantes. Empresarios, banqueros y liberales veían con simpatía esta entrada masiva de mano de obra barata porque les permitiría conseguir lo que acaban de hacer: bajar sueldos y precarizar el mercado laboral. Es indignante ver a sindicalistas, comunistas y socialistas clamando contra esta reforma laboral cuando ellos han sido cómplices directos al contribuir a traer a esta oleada humana. El colectivo inmigrante, el que venía “a pagarnos las pensiones” y a “trabajar donde los españoles no quieren” padece una tasa de paro del ¡¡35%!!, con más de 1,2 millones de inmigrantes en el paro según la Encuesta de Población Activa, dato que nunca jamás darán los grandes medios de comunicación, sean de izquierdas o de derechas, mientras nos machacan todos los días con el 45% de paro juvenil, ignorando además que hay una relación directa entre la presencia masiva de inmigrantes y el paro juvenil español, ya que los inmigrantes han ocupado todos los trabajos que siempre habían hecho los jóvenes españoles (agricultura, hostelería, comercio, repartidor...) mientras se preparaban para adquirir mayores cualificaciones laborales. Hasta que no se reduzca la población activa y no se devuelva a su país a los dos o tres millones de inmigrantes que sobran, esto no se va a arreglar.

Décimo, los elevados costes energéticos también son un grave problema para la economía española y es muy dudoso que el PP, partido al servicio de los grandes lobbies energéticos españoles, vaya a hacer nada por cambiarlo. De momento, la luz, el gas...todo sigue subiendo y lo próximo será el petróleo, si hay un conflicto con Irán y este país decide embargar el petróleo a España como represalia, tras el absurdo seguidismo que estamos haciendo de la política anti-iraní de USA e Israel.

No queremos acabar sin mencionar varios puntos de la reforma laboral que consideramos especialmente graves, como la posibilidad de despedir de manera casi libre con sólo 20 días de indemnización y 12 mensualidades, lo que servirá para conseguir uno de los principales objetivos de la reforma: despedir a trabajadores fijos que gozaban de una buena situación laboral, para sustituirlos por jóvenes o inmigrantes, pero que estarán en condiciones mucho peores.

La posibilidad de que el empresario pueda cambiar de manera unilateral las condiciones del contrato, incluido el salario (siempre que no afecte a más del 10% de la plantilla) y que pueda imponer las condiciones que quiera en caso de tener una bajada de ingresos durante dos trimestres seguidos (lo que puede ocurrir aún teniendo beneficios), abre la puerta a los abusos, a lo que hay que añadir que esta última condición, en este momento, la cumplen la inmensa mayoría de las empresas españolas, pero no por culpa de la ley laboral, sino en muchos casos por falta de financiación y de demanda. De la misma manera, la rescisión de los convenios colectivos a los dos años si no se llega a un acuerdo sobre su renovación, abre la puerta a que el empresario deje caducar dicho convenio para luego imponer las medidas que le vengan en gana. Esta es una medida que beneficiará en especial a las grandes empresas. Se da más poder a las ETTs, lo que aumentará la precariedad laboral y por último, la reforma se olvida por completo de los parados entre 30 y 45 años.

En resumen, el objetivo de la reforma es, a corto plazo, despedir, bajar salarios y contentar a Angela Merkel y a los “mercados” (aunque la primera reacción de los mismos a la reforma ha sido bajar la calificación de la deuda española) ¿Se creará trabajo a medio-largo plazo? No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que será un trabajo precario y mal pagado y que, como siempre, estas reformas laborales, que se nos presentan como “excepcionales” para crear empleo en un momento muy concreto de crisis, al final acaban quedándose para siempre.

domingo, 19 de febrero de 2012

ANTE LA REFORMA LABORAL DEL GOBIERNO

Fuente: http://www.democracianacional.org/


El gobierno del PP, incumpliendo otra promesa electoral más, acaba de aprobar la enésima reforma laboral de los últimos treinta años. Al igual que el resto, esta reforma se hace para “crear empleo”, lo que no ha impedido que España esté con la mayor tasa de desempleo de su historia. Se haría muy pesado ponernos a analizar uno a uno los puntos de dicha reforma, por lo que vamos a hablar de las explicaciones que se están dando para justificar la misma y a comprobar si esas explicaciones son válidas o no.


Los liberales creen que el trabajo es una mercancía más, por lo tanto, si no se contrata y hay mucho paro, lo único que hay que hacer es bajar el coste del trabajo hasta el nivel en el que el empresario decida contratar a los parados. Según ellos, salarios más bajos son precios más bajos y por lo tanto, más competitividad, más trabajo y más producción vendida. En la práctica, esto no funciona así, ya que el mercado del trabajo no se comporta como el mercado de los productos. Los trabajadores, a pesar de la crisis, se resisten a volver a cobrar los salarios que cobraban años atrás. A  esto contribuye la existencia de los sindicatos, cuya función es justamente evitar que las personas trabajadoras sean tratadas como meras mercancías. En la actual situación, la existencia de sindicatos es más necesaria que nunca, pero han de ser independientes tanto política como económicamente, dos condiciones que no cumplen los principales sindicatos españoles.
De ahí viene la manía que los liberales le tienen a los sindicatos, que va más allá de que éstos se financien con dinero público. Para los liberales, los sindicatos son los culpables del paro porque se oponen a la rebaja de los salarios que, según los liberales, haría que se creara empleo. Esto es especialmente importante en una economía de corte tercermundista como la española, en la que los empresarios necesitan (siempre según los liberales) pagar salarios bajos, más si han de competir con países como China o Marruecos. Para los liberales, además, es fundamental que los mercados sean muy flexibles, ya que así la empresa podrá enfrentarse mejor a posibles situaciones adversas. Ahora bien ¿es verdad todo esto?¿es cierto que es el mercado laboral el principal problema de la economía española? En la práctica, hay otros factores que influyen en el paro y que no se tienen en cuenta en la reforma:

Primero, por mucho que se bajen los salarios y por muy flexible que sea el mercado, los empresarios no van a contratar si no tienen a quién venderle sus productos, y eso es lo que pasa precisamente al bajar los salarios a todo el mundo de manera indiscriminada. Bajar los salarios puede ser bueno cuando lo hace una empresa, pero cuando lo hacen todas las empresas lo que ocurre es que se reduce la capacidad de compra de toda la población, por lo que los empresarios se quitan clientes los unos a los otros. Trabajadores y consumidores son las mismas personas. Aunque se nos diga que se bajan salarios para poder exportar, esto no tiene sentido si los países a los que tenemos que exportar toman la misma decisión de devaluar los salarios, a lo que habría que añadir que el 95% de las empresas españolas son pymes con poca capacidad exportadora. Los liberales dicen que no se trata de bajar salarios, sino de liberalizarlos para que suban o bajen según la valía de cada trabajador. Esto es la teoría, pero en la práctica, y sobre todo en una economía como la española, lo que pasaría es que bajarían la inmensa mayoría de los salarios.

Segundo, la relación salarios-tasa de empleo no se da en la realidad. En la práctica, los países europeos con los salarios más altos (los del centro y norte de Europa) tienen tasas de paro mucho mejores que los del sur de Europa, con salarios más bajos. Incluso, en la propia España también ocurre lo mismo. El País Vasco, con los salarios más altos, tiene la tasa de paro más baja y al revés, Canarias, con los salarios más bajos, tiene la tasa de paro más alta. Y estas grandes diferencias de empleo entre ambas regiones se dan teniendo ambas las mismas leyes laborales.

Como siempre, se nos presenta la reforma como “la única posible”, algo que no es verdad. El mismo PP avisa que  no va a haber efectos a corto plazo, es decir, que de momento el paro va a subir.



Tercero, con este mercado laboral, España fue el país europeo que más empleo creó en la etapa 1995-2007 y el que más ha destruido desde el año 2007, lo que demuestra que hay muchos otros factores que influyen a la hora de crear empleo, además de las leyes laborales y lo que demuestra también que la supuesta rigidez de nuestro mercado no es tal. En realidad lo que ocurre es que se crea y se destruye mucho empleo, pero siempre es temporal, por las diferencias que existen entre empleados fijos y temporales. Pero los liberales nunca hacen esta distinción, ellos siempre hablan de “mercado rígido” en general. Además, no es cierto que no se contrate por miedo a despedir, ya que la legislación española ya ofrece una multitud de opciones (contratos temporales, contratación por ETTs, contratos por obra o servicio..) que tienen un despido muy fácil y que se han venido usando en la construcción, en hostelería y en agricultura.

Cuarto, sin negar la importancia del mercado laboral, la verdad es que países con leyes laborales muy diferentes han logrado llegar a buenas situaciones económicas. Los liberales siempre ponen el ejemplo de Alemania. Según ellos, Alemania hizo las reformas laborales a tiempo y ahora está teniendo unas tasas de empleo y de crecimiento muy buenas. La verdad es bastante distinta. Primero, en Alemania esas reformas no se hicieron de forma unilateral, sino que fueron pactadas entre empresas y sindicatos (que allí sí son independientes), segundo, dichas medidas de flexibilidad laboral han venido acompañadas del aumento de la protección social en algunos aspectos, como por ejemplo, la reducción de los horarios acompañada de reducción de salarios es compensada por el gobierno alemán pagando la diferencia. De no ser por estos mecanismos, el paro alemán sería bastante mayor del que nos cuentan.
No sólo Alemania, en muchos de estos países del centro y del norte de Europa cuyas leyes laborales ponen siempre los liberales como ejemplo a seguir, la protección social es bastante mayor que en España, como demuestran las estadísticas. En dichos países, el porcentaje del PIB que se dedica al gasto social es mayor que en España, así como el numero de empleados públicos dedicados a la atención social a familias, ancianos o desempleados. Tercero, aun así, esas relativas buenas tasas de paro en Alemania han venido acompañadas del aumento de la precariedad laboral. Las cifras macroeconómicas no lo son todo. Un país puede tener cifras absolutas de paro y de crecimiento buenas exprimiendo a su población y puede que ese crecimiento no llegue a la mayoría de la misma. Y cuarto, Alemania tiene una industria fuerte mientras que nosotros estamos cada vez con menos industria. Dicho sector ha pasado en treinta años del 34% del PIB español al 14%, precisamente por la presión de países como Alemania, que nos obligaron a liquidar nuestra industria a cambio de permitir nuestra entrada en la UE, precisamente, para obligar a los españoles a que compraran productos alemanes y de otros países europeos.

Quinto, mientras las empresas sigan sin financiación por parte de la banca, mientras sigan los ajustes y sigan bajando los salarios reduciendo la capacidad de compra de la población no se va a crear ningún puesto de trabajo por muchas leyes laborales que se hagan. Esto perjudica especialmente a las pymes (el 95% de las empresas) ya que las grandes empresas, al contrario que las pymes, tienen capacidad para financiar sus proyectos. La reciente reforma financiera asegura que no va a haber crédito en al menos año y medio, por lo que, seguramente, de momento el paro va a subir aún más.


La quinta mentira (como mínimo) de Rajoy en menos de dos meses de gobierno, tras el “no subiré los impuestos” y el “no tocaré la sanidad y la educación”, vino mantener la edad de jubilación en 67 años. Ahora se abarata el despido y “no hay fundamentos jurídicos suficientes para ilegalizar Bildu”. Y las mentiras que faltan: inmigración, aborto, negociación con ETA, pactos con la separatista CIU, etc